Friedrich Wilhelm Nietzsche - Biografia:


Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 - 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente generaciones posteriores de teólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración, expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte.
Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX, en autores tales como Michel Foucault o Deleuze entre otros.
Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos, postestructuralistas y postmodernos. Es considerado uno de los tres «Maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.




Friedrich Wilhelm Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, hijo de Carl Ludwig y Franziska Oehler. La temprana muerte de su padre, a causa de un proceso de degeneración cerebral, provocado por una herida en la cabeza producida por una caída, obliga a la familia a abandonar la casa en que residían, trasladándose a Naumburgo. Realizando sus primeros estudios en el instituto entre 1854 y 1858.

En 1858 ingresa en un internado, que había adquirido un gran renombre en la época, donde permanecerá hasta 1864. En esta época se desarrolla sus primeros ensayos como poeta y músico. Llega a ser considerable su habilidad al piano.
Más tarde comienzan los problemas de salud de Nietzsche, sufriendo en numerosas ocasiones intensos dolores de cabeza que podían llegar a durar varios días.

Nietzsche se traslada a la universidad, donde permanecerá hasta 1869, siguiendo los pasos de su maestro Ritschl, continuando en ella los estudios filológicos bajo su dirección, llegando a ser su discípulo predilecto.
La lectura de Schopenhauer y el abandono definitivo del cristianismo coinciden con su actividad como filólogo, publicando varios trabajos en el "Rheinisches Museum" por los que obtiene un gran prestigio entre los especialistas. La Universidad de Basilea le ofrece la cátedra de Filología, ante los informes favorables recibidos por su profesor Ritschl, y antes incluso de haber obtenido el grado de Doctor. Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidentales, mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente generaciones posteriores.

En 1879 por problemas de salud, renuncia a su cátedra en la universidad de Basilea, y comienza un período que durará diez años caracterizado por el constante viajar de Nietzsche por Suiza, Italia y Alemania. En los Alpes suizos donde Nietzche intuirá las principales ideas de su filosofía futura, como la del eterno retorno y la de la voluntad de poder.
En 1889 su salud, que ya le había dado motivos de preocupación empeora bruscamente, comenzando a manifestar síntomas de desequilibrio mental. Su estado empeora, y ya no se recupera jamás. Morirá en agosto de 1900, habiendo alcanzado una considerable fama y ejerciendo un notable influjo que se dejará sentir en el desarrollo del pensamiento contemporáneo.


Frases de Friedrich Nietzsche

  • Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.
  • El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
  • Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
  • El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.
  • La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.
  • Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.
  • Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".
  • Sin música la vida sería un error.
  • La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
  • Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.

El Eterno Retorno (Ewige Wiederkehr):


Si es verdad que Dios ha muerto, entonces no hay otro mundo que este mundo, ni otra vida que esta vida, y este mundo y esta vida pasan. ¿Cómo conceder el peso de la eternidad a lo que por naturaleza es pasajero? Nietzsche acude en busca de respuesta a un viejo mito religioso. En los Vedas hindúes se encuentra el mito del eterno retorno (que no está muy claro) sus palabras al respecto fueron las siguientes: " ¡todo vuelve y retorna eternamente, cosa a la que nadie escapa!", " el principio de la persistencia de la energía exige el Eterno Retorno".
Ésta es una de las tesis más extrañas de Nietzsche, particularmente porque parece contraria al modo dominante de interpretar la sucesión de acontecimientos: a una cosa le sigue otra, y a ésta la siguiente, y las que quedan en el pasado son irrecuperables,  ya no podrán darse más; las personas que creen en la inmortalidad del alma afirman, en todo caso, que los seres queridos podrán “volver”, que volveremos a tener una experiencia de ellos, que podremos recuperarlos. Pero nadie ha defendido que otros objetos puedan recuperar su existencia. Las historias de la filosofía suelen indicar que esta concepción, tan profundamente incrustada en nuestra mente, del carácter irreversible del tiempo y de todas las cosas que caen en su interior, se debe a la influencia del pensamiento cristiano. Según esta interpretación, el cristianismo introduce una visión lineal de la historia y del tiempo, una visión que establece un sentido en la historia, sentido que se expresa además en la idea del progreso: la historia comienza con la creación, tiene momentos cruciales como la encarnación de Dios en la figura de Cristo y la presencia de la Iglesia.
Independientemente de si esta consideración es correcta, las tesis de Nietzsche relativas al tiempo son tan radicales y extrañas que difícilmente las podemos encontrar en alguna cultura de la que se tengan datos históricos. Según la tesis del eterno retorno todo va a repetirse un número infinito de veces. Fijémonos en esta afirmación:
  • Las personas que conocemos volverán a estar presentes;
  • Pero también el resto de los seres (animales, plantas, objetos);
  • Volverán las mismas cosas con las mismas propiedades, en las mismas circunstancias y comportándose de la misma forma.

Es posible entender también la tesis nietzscheana del eterno retorno como la expresión de la máxima reivindicación de la vida, como una hipótesis necesaria para la reivindicación radical de la vida: la vida es fugacidad, nacimiento, duración y muerte, no hay en ella nada permanente. Pero podemos recuperar la noción de permanencia si hacemos que el propio instante dure eternamente, no porque no se acabe nunca sino porque se repite sin fin. En cierto modo, y aunque pueda parecer paradójico, Nietzsche consigue con esta tesis hacer de la vida lo absoluto.


Al final de su vida Nietzsche cae en la locura; quizá sin encontrar esa puerta de salida del Eterno Retorno a la que llamó el Mediodía ( aunque llegó a decir "mi medianoche es también mi mediodía" ). Si su locura es efecto del peso de la "revelación" que sufrió, del no poder explicarla, o quizá el tratar de escapar de ella, es algo que nunca sabremos.
El valor del concepto de eterno retorno ha sido tan discutido como poco entendido. En general, se le considera únicamente desde el punto de vista cronológico, en el sentido de repetición de lo sucedido. Pocas veces es pensado como uno de los conceptos más poderosos de la filosofía moral de todos los tiempos: obra de modo que un horizonte de infinitos retornos no te intimide; elige de forma que si tuvieras que volver a vivir toda tu vida de nuevo, pudieras hacerlo sin temor. Nietzsche, en su teoría del eterno retorno, nos enseña sólo una cosa: el hombre logrará transformarse cuando logre vivir sin miedo.

Crítica a la civilización occidental:

Nuestra cultura es decadente. (Sin vida, monótona, repetitiva, inauténtica, superficial). Momificados.
  • Nihilismo: negación absoluta de todo tipo de valores.
Movimiento en Rusia siglo XIX, que se quieren imponer en este sistema político del zarismo.
Nietzsche distingue entre Nihilismo negativo (criticado) y positivo.
El negativo se queda en la destrucción de este mundo, pero no tiene fuerza para una propuesta de nuestro mundo sería un león.
El positivo o activo, destruye para construir.


La razón logificadora, que sólo sirve para crear conceptos ya muertos momificados.
El ser es una ficción vacía debido a que se contrapone al devenir.

El Superhombre (Übermensch)

El superhombre que anuncia Zaratustra no es, pues, sino el  nuevo hombre. Pero es, fundamentalmente, un tipo moral. Nietzsche no es racista -incluso desprecia <<lo alemán>>- ni piensa que el superhombre deba aparecer como resultado de la evolución biológica. En el Prólogo de Así habló Zaratustra se limita a anunciarlo, contraponiéndolo al <<último hombre>>, es decir, <<al hombre más despreciable, el incapaz de despreciarse a sí mismo>>. Pero el anuncio de Zaratustra sólo provoca la burla de la multitud: <<¡Danos ese último hombre, Zaratustra -gritaban-, haz de nosotros esos últimos hombres! ¡El superhombre te lo regalabamos!>> (Pról., 4-5). No es, pues, algo que todos puedan entender. Y su libro es un libro <<para nadie>>.

Cómo aparecerá el superhombre es algo que Nietzsche no explica. Quizá hay que entender que lo traerá el eterno retorno, y que el superhombre es el <<hombre primero>>, el inocente hombre primitivo que aún perdura en los presocráticos. En cualquier caso, Nietzsche presenta al superhombre como el fruto de <<tres transformaciones>>: <<como el espíritu se convierte en camello, el camello en león, y el león, por fin, en niño>>. El camello se arrodilla para cargar con el peso que le arroja el gran dragón: <<¡Tú debes!>>. Pero entonces el espíritu se transforma en león que quiere conquistar su libertad, arrojar los antiguos valores y poder decir: <<¡Yo quiero!>>. Pero todavía no es capaz el león de crear nuevos valores. Para eso hace falta que el espíritu se transforme en niño:

<<Decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir
Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo [...] 
Así habló Zaratustra>> (Así habló, I, De las tres transformaciones).

El superhombre, por tanto, posee la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal, es <<el primer hombre>> -un nuevo comienzo en el eterno retorno-, posee el poder de crear valores, vive fiel a la tierra... En resumen, el superhombre no es sino la encarnación de todo el mensaje de Nietzsche. No es un personaje terrible: es un niño. Traduce un fragmento de Heráclito que Nietzsche no se cansa de citar, explícita o implícitamente: <<El tiempo es un niño que mueve las piezas del juego: ¡gobierno de un niño!>> (Fr. 52)

"Nietzsche señala, como condición para la aparición del superhombre, <<la muerte de Dios>>: <<Dios ha muerto, hagamos que viva el superhombre>>. El tema aparece ya en Lutero y en Hegel, pero en ambos tiene sólo un significado transitorio: es el símbolo de la superación de la muerte misma por la resurrección (Lutero), o de la superación de la negatividad en la síntesis final del Espíritu absoluto. En cambio, en Nietzsche, implica la desaparición de Dios, en la medida en que para él <<Dios>> representa la antinomia de la vida, y la negación de la <<inocencia>> del hombre: <<¡El concepto "Dios", inventado como concepto antitético de la vida -en ese concepto, concentrado, en horrorosa unidad, todo lo nocivo, envenenador, difamador, la entera hostilidad a muerte contra la vida!>> (Ecce Homo, p. 131).

De este modo, la <<muerte de Dios>>, la destrucción del <<cristianismo>> -entendido como concentración de toda la cultura decadente- es la condición negativa de la aparición del superhombre. En su crítica contra la civilización occidental no tendrá Nietzsche piedad alguna". (Feuerbach)

Su pensamiento sobre la vida:




Se puede querer la vida, y quererla tanto que te fascine hasta enloquecer. ¿Pero qué vida tenemos y debemos querer? No la "otra vida", sino ésta, la única que hay, la de la finitud, individualidad, cambio y contradicción; la vida que, junto con el placer, la plenitud y la salud, acoge el sufrimiento,  la vulgaridad,  la monotonía, la enfermedad y la muerte. Nietzsche, inspirado por la visión dionisíaca griega, quiso esta vida y la embelleció y dignificó con sus propuestas del superhombre, la voluntad de poder y la incitante hipótesis del eterno retorno. En la médula de su filosofía, Nietzsche sitúa la vida, y tras enfrentarse a las distintas formas de platonismo que encuentra en la cultura occidental, hace de lo finito lo absoluto. A diferencia de otras propuestas, que comparten esta mirada de la realidad y que la transmutan psicológica y existencialmente en dicha y reconciliación, Nietzsche no lo consiguió, nunca alcanzó la felicidad y siempre le acompañó el dolor y la soledad; sin embargo, amó la vida.

Obras de Nietzsche

 
  • Fatum e historia (1862)
  • Libertad de la voluntad y fatum (1868)
  • Homero y la filología clásica (1869) (Homer und die klassiche Philologie. Ein Vortrag)
  • El drama musical griego (1870) (Das griechische Musikdrama)
  • Sócrates y la tragedia (1870) (Socrates und die Tragödie)
  • La visión dionisíaca del mundo (1870) (Die dionysische Weltanschauung)
  • El Estado griego (1871)
  • El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1872) (Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik)
  • Sobre el porvenir de nuestras instituciones educativas (1872) (Über die Zukunft unserer Bildungsanstalten. Sechs öffentliche Vorträge)
  • Cinco prefacios para libros no escritos (1872) (Fünf Vorreden zu fünf ungeschriebenen Büchern)
  • La filosofía en la época clásica de los griegos (1873) (Die Philosophie im tragischen Zeitalter der Greichen)
  • Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873) (Über Wahrheit und Lüge im aussermoralischen Sinne)
  • David Strauss, el confesor y el escritor (1873) (I. David Strauss: der Bekenner und der Schriftsteller)
  • Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida (1874) (II. Unzeitgemasse Betrachtungen. Vom Nutzen und Nachteil der Historie fur das Leben)
  • Schopenhauer como educador (1874) (III. Unzeitgemasse Betrachtungen. Schopenhauer als Erzieher)
  • Richard Wagner en Bayreuth (1876) (IV: Unzeitgemasse Betrachtungen. Richard Wagner in Bayreuth)
  • Humano, demasiado humano (1878) (Menschliches, Allzumenschliches. Ein Buch für freie Geister)
  • El caminante y su sombra (1880) (Der Wanderer und sein Schatten)
  • Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales (1881) (Morgenröthe. Gedanken über die moralischen Vorurtheile)
  • La gaya ciencia (1882) (Die Fröhliche Wissenschaft)
  • Así habló Zaratustra (1883, I y II; 1884, III; 1885, IV) (Also Sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen)
  • Más allá del bien y del mal (1886) (Jenseits von Gut und Böse. Vorspiel einer Philosophie der Zukunft)
  • La genealogía de la moral (1887) (Zur Genealogie der Moral. Eine Streitschrift)
  • El Anticristo (1888) (Der Antichrist. Fluch auf das Christentum)
  • El caso Wagner. Un problema para los amantes de la música (1888) (Der Fall Wagner. Ein Musikanten-Problem)
  • Ditirambos de Dioniso (1888–1889) (Dionysos-Dithyramben)
  • El crepúsculo de los ídolos (1889) (Götzen-Dämmerung, oder: Wie man mit dem Hammer philosophirt)
  • Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es (1889) (Ecce Homo. Wie man wird, was man ist)
  • Nietzsche contra Wagner (1889) (Nietzsche contra Wagner. Aktenstücke eines Psychologen)
  • Las trompetas de Burón (2002) (Junto a su amigo Charles Fourier)