El superhombre que anuncia Zaratustra no es, pues, sino el nuevo hombre. Pero es, fundamentalmente, un tipo moral. Nietzsche no es racista -incluso desprecia <<lo alemán>>- ni piensa que el superhombre deba aparecer como resultado de la evolución biológica. En el Prólogo de Así habló Zaratustra se limita a anunciarlo, contraponiéndolo al <<último hombre>>, es decir, <<al hombre más despreciable, el incapaz de despreciarse a sí mismo>>. Pero el anuncio de Zaratustra sólo provoca la burla de la multitud: <<¡Danos ese último hombre, Zaratustra -gritaban-, haz de nosotros esos últimos hombres! ¡El superhombre te lo regalabamos!>> (Pról., 4-5). No es, pues, algo que todos puedan entender. Y su libro es un libro <<para nadie>>.
Cómo aparecerá el superhombre es algo que Nietzsche no explica. Quizá hay que entender que lo traerá el eterno retorno, y que el superhombre es el <<hombre primero>>, el inocente hombre primitivo que aún perdura en los presocráticos. En cualquier caso, Nietzsche presenta al superhombre como el fruto de <<tres transformaciones>>: <<como el espíritu se convierte en camello, el camello en león, y el león, por fin, en niño>>. El camello se arrodilla para cargar con el peso que le arroja el gran dragón: <<¡Tú debes!>>. Pero entonces el espíritu se transforma en león que quiere conquistar su libertad, arrojar los antiguos valores y poder decir: <<¡Yo quiero!>>. Pero todavía no es capaz el león de crear nuevos valores. Para eso hace falta que el espíritu se transforme en niño:
<<Decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí.
Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo [...]
Así habló Zaratustra>> (Así habló, I, De las tres transformaciones).
El superhombre, por tanto, posee la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal, es <<el primer hombre>> -un nuevo comienzo en el eterno retorno-, posee el poder de crear valores, vive fiel a la tierra... En resumen, el superhombre no es sino la encarnación de todo el mensaje de Nietzsche. No es un personaje terrible: es un niño. Traduce un fragmento de Heráclito que Nietzsche no se cansa de citar, explícita o implícitamente: <<El tiempo es un niño que mueve las piezas del juego: ¡gobierno de un niño!>> (Fr. 52)
"Nietzsche señala, como condición para la aparición del superhombre, <<la muerte de Dios>>: <<Dios ha muerto, hagamos que viva el superhombre>>. El tema aparece ya en Lutero y en Hegel, pero en ambos tiene sólo un significado transitorio: es el símbolo de la superación de la muerte misma por la resurrección (Lutero), o de la superación de la negatividad en la síntesis final del Espíritu absoluto. En cambio, en Nietzsche, implica la desaparición de Dios, en la medida en que para él <<Dios>> representa la antinomia de la vida, y la negación de la <<inocencia>> del hombre: <<¡El concepto "Dios", inventado como concepto antitético de la vida -en ese concepto, concentrado, en horrorosa unidad, todo lo nocivo, envenenador, difamador, la entera hostilidad a muerte contra la vida!>> (Ecce Homo, p. 131).
De este modo, la <<muerte de Dios>>, la destrucción del <<cristianismo>> -entendido como concentración de toda la cultura decadente- es la condición negativa de la aparición del superhombre. En su crítica contra la civilización occidental no tendrá Nietzsche piedad alguna". (Feuerbach)
No Entendi??
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